Los sueños
Los sueños, los sueños necesitan tiempo. Paseando alrededor de nuestra casa, considerando las vivencias pasadas, probando nuestro valor o prudencia, ensayando para reducir el error y aumentar el acierto, escapando lejos o cerca para distraernos, recolectando ideas, aprendiendo respuestas para entender a la gente, el mundo y a su creador, su procedencia y la nuestra, su final y su finalidad; queriendo querer vivir a pesar de la vida que no siempre vive, que estrangula y duele, indagando esperanza, un sol que ilumine el camino, una persona que no te suelte la mano, anelantes buscamos amor, lo buscamos pero no lo entendemos, lo deseamos pero no lo cuidamos, lo exigimos pero impacientes no lo esperamos, lo tenemos y lo olvidamos, lo encontramos y lo confundimos. Sin darnos cuenta, sin ser conscientes, creamos los sueños que anidan en nuestro corazón, les dedicamos tiempo, los perseguimos, los deseamos continuamente, los esculpimos en nuestra piel y en nuestra mente. Haciéndolos resaltar en nuestra mirada, les damos importancia, los protegemos y atacamos a quien pretenda hacerles daño. Lentamente crecen y cambian, se refuerzan y se expanden, pequeños corretean felices entre llanuras de ilusión que son montes agradables y fluyen en ríos de alegría.
Deseos, buenos o malos. Esperanzas, vacías o con fundamento. Ilusiones, absurdas o importantes. Alegrías, nuestras o ajenas. Placeres, lícitos o inmorales. Respuestas, útiles o no. Comodidades, excesivas o necesarias. Diversiones, inocentes o inconscientes. Paz, exigida o merecida. Tecnología, dañina o resolutiva. Calor, frio y descanso, molestos o agradables. Amor, sobrevalorado o incomprendido. Cariño y consuelo, rechazado o abrazado. Sabiduría, valorada o despreciada. Fuerza y salud, ausentes o presentes. Habilidad y reconocimiento, consecuentes o injustos.
Sean como sean, forman la estructura de los sueños, resistente o débil, son como los huesos. Sueños, huesos lentos, buscan la felicidad, se alimentan del calcio que tiene la verdad, y al menor soplo, son huesos de cristal.
Sean como sean, forman la estructura de los sueños, resistente o débil, son como los huesos. Sueños, huesos lentos, buscan la felicidad, se alimentan del calcio que tiene la verdad, y al menor soplo, son huesos de cristal.

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