Los sentimientos

¿Son los sentimientos una realidad relativa?

Sentimientos ¿dependientes o independientes?

Cruces de voluntades


Me gustaria relacionar los sentimientos con los sentidos. Dicen que tenemos cinco sentidos. Podemos ver, oír, palpar, oler y degustar. Eso es lo que podemos percibir, pero me parece algo escaso, muy limitado al reino animal. Lo digo porque podemos sentir los sentimientos, algo ajeno al resto de seres vivos, ajeno al mundo fisico porque no tenemos organos que los capten. Por eso está clasificación de los sentimientos a parte de los sentidos, por mucho que nos pueda parecer algo mucho más poderoso, o que se siente más que los sentidos fisicos, en definitiva más real, o si quieres más profundo, un sentido más sentido, están a parte porque son sentidos inmateriales. En mi opinión dentro de los sentidos se deberia distinguir entre los sentidos fisicos y los espirituales.



Lo que pasa es que aunque existe una separación entre lo fisico y lo espiritual, existe también una unión. Los sentimientos son esta unión entre el mundo fisico y el mundo espiritual porque sienten lo que no es material, sienten un mundo a parte que no es tangible. Son un sentido espiritual que confiere al hombre la distinción con el resto de la creación, y no la inteligencia.
 Porque el mono no llego a adquirir sentimientos a base de inteligencia, porque apoyar la evolución significa afirmar que la inteligencia evolucionada creo los sentimientos, afirmar que cuanto más inteligente es alguien más siente. Por eso esa obsesión actual con humanizar a los animales o animalizar a los humanos, como prefieras verlo. Porque conceder sentimientos a los animales significa rebajar el plano espiritual humano, destruir la unión entre lo fisico y lo sobrenatural.
 Los animales sienten pero no tienen sentimientos. Se quedan en el plano fisico y no entran en el espiritual. El objetivo de todo esto es negar el plano espiritual, y si somos como los animales podria parecer que no tenemos un alma inmortal. Reducir al hombre a un cuerpo. En definitiva negar la existencia de Dios que es prescindible en la ecuación que nos pinta la evolución.

Pero tienen un problema: no se puede negar la existencia de los sentimientos. Lo tienen los que crean esta consciencia colectiva malipulada. Si los sentimientos no son impresiones que causan en el alma las cosas espirituales, porque no existe lo espiritual y no son un sentido fisico ¿Qué son?

Su origen, su procedencia, su estructura, incluso su realidad quedan difuminadas y confusas.
Es decir, su existencia, la existencia de estos sentidos se confunde con lo relativo a cada uno, relativizando su existencia.



Cabria preguntarse: ¿Dependen los sentimientos de nosotros o nosotros de los sentimientos? Por un lado, si hablamos de la dependencia de los sentimientos hacia nosotros, está claro que hay sentimientos que no dependen de nosotros. Surgen sin más, sin control, sin desearlos conscientemente, nacen y se independizan libremente, no necesitan nuestro consentimiento, no les importa nuestra opinión. Y es que no vienen de nosotros, son huespedes inesperados. (Hablar de su procedencia ya sería otro tema). Pero eso si, una vez que entran en casa podemos llegar a dominarlos, suavizarlos, no atenderles, hacer oidos sordos a sus insinuaciones o inclusive, expulsarlos. Porque por muy independientes que sean en su origen, su supervivencia es cosa nuestra. Pueden ser buenos o dañinos otras veces. Ternura al ver un bebé o ira por una ofensa. Pueden surgir de recuerdos que nos arrastren en el tiempo, nostalgia llaman a este viajero. Pueden ser también locos sentimientos inducidos por la imaginación, que es la loca de la casa. Pegajosos otras veces, como arenas movedizas, te trasladan de tu salón a lugares inciertos. 
En ocasiones su fuente son ideas de las que mana esperanza, alegria o tranquilidad. Mil naturalezas cada una con sus variaciones, pero siempre está en nuestra mano su futuro, esta es la clave.
Vamos a cambiar su naturaleza independiente en dependiente, porque como todos sabemos, el depender de alguien otorga a este la libertad del otro que se ve sometido. Es posible que nos resulte muy dificil someterlos, y no siempre se pueden erradicar de raiz, pareciendo inmortales. En estos casos tenemos que cambiar de estrategia porque no podemos arrancarlos pero eso no significa que no podamos transformarlos.

Como decia antes son huespedes, asi que si no podemos desterrarlos, porque nuestro corazón es su legitima morada, tenemos que aprender a vivir con ellos.
¿Cómo ser dueños de nuestra propiedad, de lo que nos pertenece? En una palabra, aceptación. Aceptarlo es el secreto que nos hará señores de nuestro hogar, nuestro corazón que es donde viven estos reveldes. Estoy hablando por ejemplo del dolor. ¿Cómo aceptar una desgracia? Solo hay una manera, solo una posibilidad tiene sentido. Aceptar La Voluntad Universal. Universal porque todo el universo pertenece a su Voluntad, se extiende a todo el mundo y a todos los tiempos. El lo conoce todo y su amor se expande buscando nuestro bien. ¿Cómo si no aceptar el mal que sufrimos? ¿Cómo convivir con sentimientos desbocados que no aceptan, no aceptan lo que les ha creado? Gritan: "no servire". Porque si un sentimiento doloroso surge de una calamidad y se encara contra ella se transforma en odio. "Te odio" le grita a la calamidad la negación, a él que la produjo y a El que la permmitio; pero en cambio ese mismo sentimiento, si su germen es aceptado, su conversión será amor, será delicado, será tierno, porque entiende su finalidad que le sostiene. Es la negación la madre del odio, que "no servire" vocifero en su momento soberbia. "Hagase en mi según tu palabra" susurro la humildad, la aceptación que es la amante madre. ¿No es clara la diferencia? Dolor aceptado duele pero dentro de si mismo encuentra la respuesta para ser carga ligera, para ser un sentimmiento dependiente que nos hace libres. Dolor negado duele y no encuentra consuelo que lo sustente, es un sentimiento independiente que hace esclavos.


Por otro lado, para si existen los sentimientos dependientes en el sentido de que nos necesiten para emerger, deberiamos responder a si tenemos la capacidad de crear sentimientos. Yo creo que la voluntad, con determinados actos, puede crear sentimientos haciendolos dependientes y así pueden los sentimientos llegar a depender de nuestra voluntad. Incluso, si vamos más lejos podemos decir que nuestra voluntad es capaz de crear sentimientos en otras personas. Tenemos esa capacidad asombrosa que puede transformarnos y transformar a otros. Por ejemplo, ayudando a una persona o consiguiendo un objetivo pueden aflorar sentimientos de satisfación personal, y en la otra persona agradecimiento, o incluso admiración que puede llevarle a imitar para conseguir los mismos resultados que admira. Este camino nos lleva a examinar los efectos que repercuten en los afectados al hacer uso de nuestra autoridad. Porque debemos ser conscientes de el dominio que podemos llegar a adquirir y la capacidad y las posibilidades que este poder nos concede. Somos capaces de cambiar por completo la vida de otra persona produciendo sentimientos. Somos capaces de cambiar voluntariamente a esas personas haciendo que sean otras totalmente diferentes si quieren.
Y sobretodo somos capaces de ser cada vez mejores.

Centrandonos en la segunda parte de la pregunta cabría preguntarse que grado de independencia de los sentimientos tenemos cada uno y si podemos cambiarlo. ¿Somos dependientes de los sentimientos? Esto es muy importante porque es uno de los factores que determinan nuestro grado de libertad. Yo diría que podemos llegar a controlarlos pero no siempre se pueden extinguir, osea nos hacemos dependientes de los sentimientos en proporción a nuestra voluntad.

Por lo tanto, vivimos en una simbiosis con los sentimientos. No debemos dejar que nos gobiernen los sentimientos ni impedirles que subsistan en nuestro medio. Podemos concluir que existen sentimientos dependientes e independientes de personas; y que por otro lado existen personas dependientes de sentimientos y personas independientes. Estos últimos pueden llegar a ser independientes de los sentimientos, aunque no dependa directamente de ellos que surjan, si depende ellos su control, sobreponiendose, aceptando lo que ha ocurrido. Entendiendo su finalidad con la perspectiva de la iglesia militante que busca ser iglesia triunfante, que aunque lucha es consciente de que en un plano de tiempo infinito, en un Reino de los Cielos sin tiempo, nuestro paso por la tierra es efimero y fútil. Lo que hace que nuestro esfuerzo en comparación sea un punto sin importancia en esa linea temporal que nunca veremos donde acaba porque "Reinará en la casa de Jacob para siempre; y su Reino no tendrá fin" Lucas 1:33. Y podemos añadir: "No son los que me dicen: “Señor, Señor”, los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la Voluntad de mi Padre que está en el cielo" Mateo 7, 21. 24-27.

Ver con la mirada de la perspectiva eterna crea sentimientos de esperanza y paz.
Ver con la mirada de la tumba como punto final crea sentimientos de angustia y terror.
La única intranquilidad legitima es por amor, porque lo que en principio es un sentimiento malo porque duele se transforma en bueno al ser aceptado. Por ejemplo en alguien arrepentido porque lava. O en alguien que lo ofrece porque quiere lavar a otros. Porque el poder de transformar sentimientos malos, sufrimientos; en sentimientos buenos, alegrias, reside en la valuntad que ofrece, que suplica, que pide, que utiliza el valor del amor, porque primero acepta y luego se une, voluntad humana con Voluntad Divina. Es el amor que transforma el mundo, invierte los sentimientos de las almas que regresan, porque primero se inmola y todo el que tiene corazón al mirar esa victima clavada se conmueve, aunque solo vislumbre un pequeño rayo en un hermano, y luego resucita, es decir la vida vence a la muerte, el amor vence al odio. La voluntad del que ama es libre porque es independiente de sus sentimientos.

La voluntad es la soberana que utilizando a sus subditos, que son los actos de buena voluntad o de mala voluntad, según sea una patrona justa o injusta, puede dar lugar a sentimientos de un tipo u otro. Es fundamental darse cuenta que somos nosotros quienes damos ordenes a esta voluntad que es la que rige nuestro comportamiento. Somos nosotros con nuestra voluntad quienes elegimos el tipo de sentimiento que vamos a formar. Esto funciona así en un principio, o deberia ser asi si nuestra voluntad y la de los demás fuesen siempre correctas y nuestro criterio siempre acertado. Pero como no es así, hay que añadir variables a la ecuación porque no siempre da el resultado que nosotros buscamos. Y esto ocurre cuando hay un cruce de voluntades.

En un cruce de voluntades, todo dependerá de que tipos de voluntades se crucen. Pero antes de entrar en harina hay que entender las variables que confluyen y dan vida a este abanico de posibilidades. Para que exista este cruce no es necesario que las voluntades sean opuestas, basta con que sean puntos de vista enfrentados, es decir uno de los dos se equivoca. Esto se debe a que, podrian parecer los mismos intereses pero es diferente la forma que se cree mejor para conseguirlos. Además, aunque deberian ser exactamente los mismos intereses, se cuela el "yo" que distorsiona, sumandose a el interes general intereses personales. De esta manera tenemos buenas voluntades con intereses similares que deberian ser los mismos pero varian según el antojo del error, según el punto de vista.
Por otro lado, si las voluntades son opuestas, los intereses serán directamente opuestos, a no ser que dos voluntades opuestas tengan los mismos puntos de vista en algún asunto, algo que no deberia pasar. Pero en este caso están jugando interes personales, haciendo que el intereses general de la buena voluntad se desintegre. Y en un último caso dos voluntades nocivas podrán tener intereses aparentemente comunes pero que finalmente van a ser dispares.
 En conclusión dos buenas voluntades deberian tener los mismos intereses y dos malas voluntades se identificarian por tener intereses diferentes a la hora de la verdad. Habria unión y buenos sentiminetos entre dos buenas voluntades en la verdad y solo cabria esperar enfrentamiendo y desunión entre voluntades que buscan su propio beneficio en los embustes.
Si lo analizamos paso a paso de esta manera obtendremos siete cruces de voluntades.

Si lo dividimos en tres categorias en la número uno hayariamos tres supuestos.
En un primer caso podrian cruzarse dos buenas voluntades que estuviesen en el camino correcto.
Más que un cruce sería un encuentro fraterno con una perfecta cohesión, sin roces, sin malos humos, sin problemas inutiles, dando frutos que solo pueden ser buenos sentimientos. Ambas voluntades quieren lo mismo pero además saben como conseguirlo y para lograrlo solo hay apoyo mutuo, ninguna piedra que estorbe, esto es, no hay interes personales, solo intereses desinteresados.

Si vemos un segundo cruce de caminos, observamos que cada voluntad viene de sitios diferentes y al llegar a la disyuntiva cada una elige una dirrección, la primera es una voluntad que además de bien intencionada acierta en el criterio de escoger lo que necesita para sus fines, en cambio la otra no es una voluntad perfecta, porque aunque es buena se deja llevar por la corriente. Es muy importante darse cuenta de que apartir de este tipo de cruce se darán enfrentamientos en la medida en que la voluntad bien intencionada pero errada se olvide de si misma y se corrija; y la recta voluntad acertada sea comprensiva y sepa corregir mansamente, de lo contrario su error intransigente superaria el error que no es capaz de suprimir. Los sentimientos que resulten pueden ser muy variados dependiendo de esto último. Es aquí donde nosotros debemos humillar la voluntad. Voluntariamente nos humillamos admitiendo nuestra equivocación, lo que cuesta si era buena porque nuestro orgullo nos lo recuerda, pero la humildad es la unica capaz de someter a la voluntad. Si somos humildes tendremos voluntad para someter a los sentimientos haciendolos dependientes de nosotros. Aceptando el error, sabremos de su existencia y así podra actuar la buena voluntad correctamente. Y en el caso de estar en la verdad esta humildad nos hará pequeñitos y dará ejemplo que es un iman hacia el metal precioso del bien.

Un tercer cruce ya podriamos llamarlo choque, porque aunque las voluntades son rectas, ambas se equivocan en como conseguir el objetivo, y puede surgir el conflicto. Surgen piedras que hacen tropezar con sus intereses personales cada una. Las dos voluntades quieren llegar a la cima, pero eligen senderos incorrectos. Este es el caso más común que se da en nuestro día a día. Hablamos de buenas voluntades que crean malos sentimientos a menudo, es lo que llamamos errores. Si entramos un poco a analizar los errores, lo más probable es que nos encontremos una mezcla entre ignoracia, torpeza, desinteres y lo que es más grave egoismo, impaciencia o desconfianza. Y es que las buenas voluntades no siempre son del todo rectas. Son voluntades debiles. Y digo que es lo que más abunda porque sería un choque entre tontos bien intencionados. O puede que me equivoque y abunden más los siguientes. Es dificil saberlo porque, unos más que otros, todos nos movemos por este mapa de cruces de voluntades y vivimos interpretando diferentes papeles.

Si seguimos avanzado pasamos a una segunda categoria en la que hacen su entrada las malas voluntades. Siguiendo la progresión de lo mejor a lo peor, una buena voluntad errada se encontraria con una malvada. El resultado puede ser desastroso porque está buena voluntad al no estar en la verdad se puede ver arrastrada facilmente y suele ser la que sale peor parada. La mala voluntad engaña y produce en la otra sentimientos de falsa seguridad, de una verdad a medias que es la peor mentira. Porque creyendo que pisas suelo firme te hundes, y el rebaño se despeña; a cada oveja rodeada de los suyos no la dejan ver donde pisa y solo ve lana a los lados, no disguigue orejas más picudas y se fia de pastores que perversamente la guian.

Errar es humano, osea crear malos sentimientos de manera involuntaria es algo común para todo ser humano, con las dos excepciones que conocemos. Sin embargo, estas dos excepciones también sufrieron malos sentimientos, no por tener mala voluntad, ni tampoco por buena voluntad errara, sufrieron en proporción a la gracia, sin limites.
Siendo voluntades perfectas se cruzaron con malas voluntades. De hecho estos dolorosos sentimientos son el mayor bien que nos ha dado Dios. El misterio de la redención.
Ellos, madre e hijo, son ejemplo de el siguiente cruce. Este es el enfrentamiento por excelencia, es una colision directa entre el bien y el mal. Entre buena voluntad por su parte y mala voluntad por parte de los que recibían buenos sentimientos y los transformaban en odio para ellos o en tristeza para los que intentaban salvarlos. Los resultados pueden ser diversos dependiendo de si hay arrepentimiento por parte de la injusta voluntad, ya que la voluntad honrrada es rotunda e inalterable. 

En una última categoria en que confluyen dos voluntades negativas, podemos distinguir dos cruces diferentes, que en el fondo son lo mismo no obstante en la superfie floten por separado. En el primero de ellos, que sería ya el sexto cruce del total, luchan por el control dos voluntades torcidas que descaradamente se odian y no gastan esfuerzos en aparentar lo contrario. Los sentimientos son odio puro, pudiendo revertirse si alguna voluntad cambia de bando. En el otro tipo, cohabitarían aparentemente con los mismos intereses estas voluntades diabolicas y cada una intentando simular respeto por la otra. La conversión sigue siendo posible mientras su voluntad este latiendo en este mundo, pero no las he colocado en último lugar por casualidad. Son además de malignas, hipócritas. Son el mal más refinado, más pulido, sin rastro de bondad.

Este podria ser un analisis sobre las voluntades a grandes rasgos. Debemos tener en cuenta que nuestra voluntad no es perfecta, por lo que está influida por egoismos o simplente por equivocaciones, dando lugar a porcentajes variables mezclando la buena y mala intención normalmente. Recorrer estas ideas puede hacer que nos demos cuenta de la inmensa variedad de actos de los cuales no deberiamos juzgar la voluntad, porque es demasiado complejo y porque no conocemos las voluntades que juzgamos. Ni siquiera conocemos nuestra voluntad en profundidad porque no nos atrevemos a investigarla, porque no queremos reconocerla en su conjunto. El hombre es muy ligero en juzgar la buena voluntad ajena como mala y la mala propia como buena.
Esto no quiere decir que no debamos juzgar los actos de los demás, yo he dicho no juzgar la voluntad que produce el acto, osea no juzgar a la persona que se supone dueña de su voluntad y por lo tanto de sus actos. Que sea buena o mala la voluntad que produce un acto malo no es cosa mía decidirlo, porque como hemos visto, las buenas voluntades pueden producir malos actos, que ocasionan malos sentimientos. Esto nos lleva a por un lado a "juzgarlo todo y quedaros con lo bueno" como dijo San Pablo. Y por otro lado "no juzgueis y no sereis juzgados" como nos dice San Lucas, en el sentido que sigue: "no condenéis, y no seréis condenados: perdonad, y seréis perdonados."




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