Confianza
Irónicamente necesitamos el vacío del amor para dejar espacio a la confianza.
La
fe no es solo creer en la existencia de aquel en que tenemos fe, es
mucho más. La fe es confiar. Creer en otra persona es fiarse de ella,
creer en ella es poner tu vida en sus manos, es estar de acuerdo en sus
ideas y apostar porque valen la pena. La fe es dar la vida.
Amarás
a Dios sobre todas las cosas. Y ¿Cómo amar a quien no conoces? El
conocimiento que tenemos de Dios es indirecto normalmente, pero se puede
conocer a alguien por su forma de hablar, por su bondad, por su
inteligencia, todo ello reflejado en sus obras y sin ser necesario un
cara a cara para amarlo, aunque éste amor sea limitado. Es posible que
te cuenten la historia de alguien y ver reflejada de tal manera a esa
persona que llegues a amarlo, por lo que hizo, por lo que fue. O mejor
dicho, por lo que es.
¿Cómo
amar si no? ¿No conoces el amor? ¿Cómo amar sin el amor? Porque amamos
por medio del amor y quien ama, ama al amor aunque no le conozca. De tal
forma que estaremos amando al gran desconocido. Siendo posible amar sin
conocer porque el amor nos amo primero, y desconociéndole le conocíamos
sin saberlo. A este conocimiento le podríamos llamar inconsciente. Pero
si le conocemos conscientemente tendremos la posibilidad de amarle
sobre todas las cosas. Amando al amor por encima de todo podremos amar
fácilmente a través de él. Amar al amor que nos es desconocido, es el
mayor acto de fe, de confianza en el amor, que aun estando oculto es
visible por sus obras y se nos da a conocer dejando espacio a la fe,
para que nuestro amor no sea interesado. Siendo siempre este conocer
limitado y progresivo, aumentando a la par con la confianza en lo no
conocido.
La
falta de conocimiento nos lleva a una confianza basada en el amor, que
como desconoce por sí misma no sabe dónde pisa y es el amor quien suple.
Así pasa por ejemplo en un matrimonio dónde a veces uno se fía del
otro, desconociendo. Por ello el aumento de conocimiento para poder amar
cada vez de forma más perfecta al amor exige confianza. La confianza es
una condición propia del amor, en cuanto que rellena los huecos de lo
desconocido. Así el aumento del conocimiento que adquirimos del amor nos
lleva a amar mejor y no entorpece a la confianza que siempre será
complementaria porque el amor es infinito.
La
importancia de esta confianza es una de las claves para entender el
amor. Porque nosotros querríamos saberlo todo sobre este amor, saber
porque actúa de forma misteriosa para nosotros, pero aunque nos duela
este vacío del intelecto, la confianza es el puente que adquiere su
función salvando este vacío. Eliminar el vacío del conocimiento del amor
significaría por tanto un amor forzado, porque el amor basado en la
confianza exige pruebas de amor, las cuales demuestran un amor
auténtico. No hay otra forma de llegar a un amor perfecto que poniendo a
prueba al amor, pero si la prueba conoce de antemano los resultados de
sus acciones con total seguridad y sabe que sin esfuerzo pasará la
prueba, este examen sería nulo.
Así
vemos que la prueba de amor necesita el vacío de amor para que nuestra
fe confíe probando su amor. Y vemos necesario el esfuerzo que tanto nos
cuesta aportar porque demuestra nuestro amor. El amor nos pide que le
amemos y la prueba de nuestro amor para llegar hasta él es la confianza,
la cual a su vez se basa en el vacío del conocimiento de este amor.
Por
todo ello, si el amor nos diese todas las respuestas no podríamos
llegar hasta él creciendo en amor. El crecimiento de nuestra sabiduría
del amor depende de el amor que probemos tener para ello porque es el
amor el único que conoce el amor y puede llegar hasta él. Aquí es donde
el sufrimiento, el mayor incomprendido, sale a escena y probando lo que
ama sufre.
Todo
ocurre así porque esta prueba de amor se basa en probar nuestro amor.
Utilizando la confianza que explica el vacío, el que es probado sufre y
supera la prueba del amor. Y ¿que es ese vacío de amor si no el
alejamiento entre nuestra alma y Dios? Por eso el Fiat de María
constituye la mayor prueba de amor porque el vacío que sufrió fue
infinito y pudo alcanzar a Dios por su confianza, también infinita. Por
eso alejarse de Dios más de lo que el amor tiene pensado nos ahoga en el
río de la indiferencia porque no hay puente para llegar hasta él. El
sufrimiento demuestra que nuestro amor quiere por encima de todo, por
encima de si mismo, llegar al amor del que proviene.
El
amor que lo observó todo se siente amado por un pequeño amor que vuelve
a él y en respuesta inunda amorosamente su pequeñez con el amor
infinito. Y después de todo, amando al amor sobre todas las cosas,
incluso por encima del entendimiento, del sufrimiento, llegaremos a
conocerle. Ahora sabiendo esto, amar al amor es lo único que importa y
entendemos: “Y amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda
tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Marcos 12:30.

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